¿Qué es un Ictus?


Detección del ictus


La detección precoz del ictus es fundamental para diagnosticar qué tipo de accidente cerebrovascular es y suministrar el tratamiento adecuado lo antes posible. De esta manera se puede reducir al máximo sus secuelas y la mortalidad de las personas afectadas.


Las seis señales de alarma del ictus son las siguientes:

  1. Pérdida de fuerza en la cara, brazo y/o pierna de un lado del cuerpo, de inicio brusco.

  2. Trastornos de la sensibilidad, sensación de “acorchamiento u hormigueo” de la cara, brazo y/o pierna de un lado del cuerpo, de inicio brusco.

  3. Pérdida súbita de la visión parcial o total, en uno o ambos ojos.

  4. Alteración repentina del habla, dificultad para expresarse, lenguaje que nos cuesta articular y ser entendido por quien lo escucha.

  5. Dolor de cabeza de inicio súbito, de intensidad inhabitual y sin causa aparente.

  6. Sensación de vértigo intenso, inestabilidad, desequilibrio o caídas bruscas inexplicadas, si se acompañan de cualquiera de los síntomas descritos con anterioridad.

Cuando una persona o alguien de su entorno se percata de que está padeciendo un ictus, debe acudir o ser trasladada lo antes posible a un hospital donde pueda recibir atención neurológica urgente y que disponga, preferiblemente, de unidades de ictus.



Las primeras tres horas desde el inicio de los síntomas son claves: cuanto más rápido se actúe, el paciente tendrá más probabilidades de recuperarse y menos de quedar con secuelas o de morir. Además, el tratamiento actual para los infartos cerebrales sólo funciona durante las primeras tres horas desde la aparición de los primeros síntomas. Una vez transcurrido este intervalo de tiempo, el tratamiento deja de ser eficaz.



En el hospital, el paciente se identifica el origen del ictus y se procede a tratarlo en función de este. Los ictus hemorrágicos debidos a malformaciones congénitas de los vasos sanguíneos y aneurismas se tratan con embolización, que consiste en administrar sustancias que taponan las arterias que se han roto. En cambio, los ictus isquémicos o infartos cerebrales se tratan con un fármaco trombolítico o fibrinolítico (el rt-PA); este tratamiento destruye el trombo que causa la interrupción del flujo sanguíneo en el cerebro y permite restaurar la circulación. Pero sólo es eficaz durante las primeras tres horas en las que se administra, por lo que es fundamental actuar con rapidez.

 

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El tiempo juega un papel fundamental en el tratamiento de la enfermedad, por ello es importante que aprendamos a conocer los síntomas.

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Sospecha de ictus
Avisar al servicio de emergencias y describir los síntomas.

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Sospecha de ictus
Avisar al servicio de emergencias y describir los síntomas.

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